Poner nombre es un hecho muy relevante, puesto que se piensa que es conociendo el nombre de las cosas que podemos llegar a dominarlas. Jean *Piaget habla de una etapa de la evolución del niño en la cual asume las palabras, les da un valor trascendente que los hace preguntar por el nombre de las cosas. El “qué es” y “como se llama” es para él la manera de hacerse suyo todo aquello que es capaz de denominar.
Por esta razón los judíos no pronuncian nunca el nombre de Dios y deletrean el nombre de cada letra: la Yod, la *Hei, la Vais y otra *Hei. Yod, He, Vais, He, lo *tetragamató que preside nuestro templo. Yod es el nombre de una letra hebrea y cada letra al alfabeto hebreo tiene un significado y también representa un número. Cada letra y por tanto, cada número es un ideograma, un símbolo de fuerza cósmica.
La letra Yod contiene en ella misma tantas cosas que creo que como todo símbolo, por más que intentamos descubrirlo siempre tiene un más allá. Yo intentaré explicarla, sabiendo que nunca podremos captarla del todo. Pitágoras dice que el mundo está basado en el número. *Carl *Jung dice que los números preexisten a la conciencia. Pensaba que los números no los había inventado el ser humano, sino que los había descubierto, puesto que siempre habían existido. Cree que quizás los números son el elemento de orden más primitivo de la humanidad y que el inconsciente los utiliza para ordenar. Así seria como los *arquetipus de la orden nos llegan a la conciencia.
Curiosamente al alfabeto hebreo se lo denomina alfabeto de la llama, que es la forma de Yod. Ella, la primera letra del nombre innumerable, es la mas pequeña, tiene la forma de una llama y es indivisible. Es el símbolo del principio de las cosas. Así, todas las letras del alfabeto hebreo son combinaciones que resultan de diferentes uniones de la letra Yod. Por ejemplo, la letra *Aleph está compuesta de cuatro Yod opuestas en parejas. YOD representa el Gran Arquitecto en su visión de único y nos dice que a pesar de que en muchas circunstancias vemos actitudes y miradas diferentes, todas ellas surgen de un mismo núcleo.
La YOD representa el infinito, puesto que solo la podemos dibujar con un punto. Su forma, dice Lo *Zohar, tiene una punta hacia arriba y otra hacia abajo. Una mira hacia el Cielo y la otra hacia la Tierra. Tiene un valor *númèric de 10. Significa mano y principio generador, y es la letra J, Y y *Y de nuestro alfabeto. Yod tiene que ver con la mano y la Cábala dice que la mano es aquella que posee toda la potencia creadora y contiene el conocimiento, que ordena y crea. La mano contiene la potencia creadora de lo *Aleph. Yod es el símbolo del matrimonio del Creador y su obra y también significa fuerza y poder.
La carta del *Tarot asociada a Yod es el Ermitaño, que es el Maestro de Compasión. Es el que está arriba de la montaña, que ya ha hecho el camino, ha llegado a la cumbre y puede mostrar y dar la luz que tiene dentro a los otros a través de la acción de su mano. También nos habla de la gestación de la semilla, del feto, del éter. Es la unión entre aquello masculino y el hecho femenino.
Cuando nace una criatura son las manos quién lo ayudan a salir al mundo. Es el mundo de la acción, la mano de la Yod es una mano activa, es una mano que da. Es también una mano que emite energía, que bendice. La mano de Yod es una mano que da energía para crear y producir resultados. Lo *Zohar dice que la Yod es la letra más pequeña del secreto más grande, porque ella es la que pone en marcha toda la creación, toda la voluntad del Gran Arquitecto del Universo en un plan físico y permite que la creación se vaya realizando.
La Unidad genera la Dualidad, y de la Dualidad sale la Trinidad y esta Trinidad se convierte en cuatro: si lo sumamos todo ello, da 10. O sea que en el cuaternario se encuentra en sí mismo el Uno. Así, el valor numérico de YOD nos lleva a la Unidad primordial, que es también la Unidad terminal. Es la percepción del mundo la que nos impide descubrir la Unidad. Así, en el mundo de los cuatro elementos encontramos el Uno manifestándose.
También es la mano la que tiene el poder de materializar el verbo creador, así tenemos que tener conciencia que todo aquello que somos capaces de crear con las manos es la plasmación de este verbo, tal como nos en habla el Evangelio de San Juan en el versículo por donde lo abrimos en nuestro Temple: “Al principio era el Verbo”. Y es que el Verbo se plasma en los hechos concretos. Así, uno imagina y después crea. Creo que es un reflejo claro con la realidad de nuestro Taller, que es la plasmación de aquello que un día fue un sueño imaginado. La Yod se ha materializado. Curiosamente, las cuatro letras simbolizan los cuatro elementos: la Yod, el fuego; la *Hei, el agua; la Vais, el aire; y la segunda *Hei, la tierra que acogerá la semilla de la germinación para el nuevo nacimiento. Así se convertiría en una nueva Yod. Es el ciclo que se perpetúa, y así es como se va haciendo la rueda del eterno renacimiento.
Así nosotros vayamos renaciendo constantemente, devastando, puliendo y cortando la piedra, con la ayuda imprescindible de la Fuerza, la Belleza y la Sabiduría, que poco a poco intentamos conseguir. Porque es verdad que la palabra crea, pero que lejos estamos actualmente de la palabra y el verbo en el sentido de la Tríada que marca el motor de la creación. Pensamiento que concibe. Palabra emitida que refleja la voluntad intel•ligent del Creador. Pensamiento y palabra que realiza y materializa esta voluntad. Nada de esto se cumple ya en nuestro lenguaje. Porque somos capaces de un lenguaje inteligente, pero que es incapaz de transmitir, porque emitimos vocablos que quieren decirlo todo y acaban no diciendo nada, porque ya no hay identidad entre la palabra y la idea. La palabra está desconectada, está desproveída de la vitalidad original del verbo, es un sonido sin resonancias, no hay transmisión de fuerzas del plan superior en el plan inferior. Mediante esta palabra desconectada, la realidad del mundo se nos muestra fracturada e incomprensible. Sabemos por Chomsky y *Lacan de la importancia del lenguaje en la estructuración que el individuo hace del mundo. El hombre nace con una lengua dada, que explica el mundo, y es a través de esta estructura que organiza su vivencia de la realidad. Así estamos en un mundo cortado por un lenguaje que es exactamente inverso a la palabra creadora que hemos dicho antes. La Yod es pues el fuego que purifica, que *transmuta, es el fuego renovador que tiene que ser presente en todos y todas nosotros y en nuestro Taller: el fuego del espíritu.
Porque nosotros soñamos y creemos en un mundo diferente inteligible y realizador, que dé luz donde haya oscuridad. Por eso estamos aquí intentando que el fuego y la llama de la YOD nos ilumine, y que nuestro Taller crezca, germine y dé fruto, y porque la Palabra creadora llegue a todos y todas los que la quieran escucha .